Dicen que las personas alegres son más atractivas. Esto es cierto. El simple hecho de sonreír hace que te veas más accesible y benévola. La paz interior se concibe dentro de ti y surge como buena autoestima, confianza, empatía y un sinfín de cualidades bondadosas contigo misma y aquellos que te rodean. Hasta aquí estamos de acuerdo con todos los beneficios que tiene la felicidad en nuestro interior. Pero… ¿qué hay de la belleza externa? ¿hay cambios notables en nuestra apariencia cuando llevamos vidas dichosas?
La respuesta es sí, sin embargo, aquí cabe hacer otra anotación: la verdadera belleza física comienza con lo que tenemos en nuestro interior. En otras palabras, ser atractiva no te promete plenitud, pero ser más jubilosa definitivamente te hará sentir y ver más guapa. ¿Y cómo podemos ser más felices? Investigaciones en el campo de psicología positiva revelan que una persona “alegre” es aquella que también siente sensaciones negativas y se enfrenta contra momentos desagradables, pero aun así decide afrontar la vida con ojos optimistas, transformando las oposiciones en oportunidades. La búsqueda de la felicidad es un camino que no siempre irá en línea recta, pero con paciencia y amor propio lograrás sentir más paz y, como un afortunado bonus, notarás los siguientes cambios en tu aspecto:
Piel impecable:
Si notas brotes en tu área T (nariz, frente y barbilla), probablemente estés agobiada. Estudios demuestran que, si bien la angustia no tiene una relación directa con la producción de aceite, sí puede acentuar el acné en esta zona de la cara. A su vez, el estrés puede causar insomnio, lo cual incrementa los problemas en la piel. Trabajar en balancear tu emoción a través de aprender a soltar ciertos dilemas o darte tiempo para ti misma, te concederá bienestar y una piel de porcelana.
Eterna juventud:
Bueno, por eterna nos referimos a prolongada, y es que ciertos gestos asociadas con el enojo y la frustración –como fruncir el ceño– irremediablemente dejan líneas de expresión, que con el paso de los años evolucionan a arrugas prematuras. A su vez, el estrés puede frenar la producción de melanina en el pelo, lo cual acelera el crecimiento de canas. Si te consideras un persona asertiva y serena, probablemente conserves tu frescura por más años.
Una buena idea es comenzar a utilizar un suero antiedad, que actúa sobre varios signos que caracterizan una piel joven, como elasticidad, uniformidad del tono y tersura. Este tipo de sueros deben ser tu primer paso en tu ritual de belleza, verás que una vez que lo implementes en tu rutina notarás de inmediato los cambios.
Cabellera radiante, personalidad boyante:
La alegría recorre tu cuerpo hasta la punta de tu pelo. Las personas con una vida más relajada presumirán de una melena más suave y luminosa por más tiempo. La razón detrás de esto es que el estrés acelera el ciclo natural del pelo, llevándolo de la fase de crecimiento a la etapa de caída en menor tiempo. Para disminuir las sensaciones negativas empieza con pequeños cambios en tu perspectiva: cuando sientas frustración por tu trabajo, recuerda lo privilegiada que eres por tener un empleo. #HappyProblems.
Cuerpo en forma:
No cabe duda que lograr dulcificar nuestro estado de ánimo y nuestra autopercepción ayuda en gran medida a llegar a tu peso ideal. Esto se debe a que los niveles bajos de estrés están relacionados con una mayor capacidad de incrementar masa muscular y una menor acumulación de grasa en el abdomen. Además, no saber manejar sentimientos funestos puede afectar nuestra relación con los alimentos e impulsarnos a comer más o menos de lo que nuestro cuerpo necesita. Saber disfrutar la vida y soltar aquello que nos atormenta nos asegurará un peso saludable para vernos mejor que nunca.